Las empresas familiares son aquellas organizaciones comerciales o corporativas que pertenecen, son controladas y gestionadas por una familia. Tienen un valor importantísimo en el sector económico al ser, con datos de El País, las que producen entre el 70% y 90% del PIB mundial y, por ende, quienes tienen entre el 50% y 80% de los puestos de trabajo en el mundo.
Aunque es sabido que menos de un tercio de dichas empresas sobreviven al paso de una primera a una segunda generación, aquellas que lo han logrado ha sido a través de una dinámica especial: El Family Governance.
Este término se refiere a las estructuras y los procesos que las familias utilizan para organizar y guiar sus relaciones con la empresa. Cuando la estructura está bien diseñada, el impacto es sumamente positivo.
Este enfoque es fundamental en la actualidad, pues le permite a las familias desarrollar e implementar estrategias para diversificar y gestionar el riesgo, y proteger los activos que tanto han trabajado para acumular. No tener un plan establecido puede ser catastrófico para la familia de un cliente, tanto emocional como financieramente. Y no tiene que ser así, cuando es posible tener una estructura como el Family Governance, así como el respaldo de expertos en el sector cuyo principal valor es dar confiabilidad y seguridad.
Entre los grandes logros del Family Governance destacan el:
- generar una familia empresaria más fuerte y consolidada al contar con el consenso de sus integrantes
- ayudar en la planeación de futuras posesiones y ejercitaciones del poder patrimonial,
- permitir la planificación del rol de los miembros de la familia en la empresa,
- colaborar en la creación de métodos seguros para la administración de la riqueza,
- ayudar a obtener el apoyo necesario para profesionalizar la empresa y
- reducir conflictos y fortalecer las relaciones empresario-familiares.
Es justamente en estas cuestiones donde radica la diferencia entre empresas que hacen negocios y verdaderas empresas lideradas por familias que trascienden generaciones. La flexibilidad para adaptarse a los cambios, la conservación de la historia, tradiciones y valores familiares, el tener políticas reflexivas sobre la compensación, el propósito de los beneficios, las responsabilidades, la propiedad presente y futura así como también la disposición de sus miembros a la rendición de cuentas son puntos claves y transversales para la perduración de la empresa a través de distintas generaciones.
Hay muchas cosas en la vida que no podemos controlar. Cada día trae un cierto nivel de riesgo, el cual puede ser mitigado y minimizado mediante el Family Governance, que está basado en la implementación de estrategias personalizadas para diversificar y gestionar el riesgo y proteger los activos. El Family Governance da una total certeza pues administra las estrategias de inversión y planificación fiscal, con lo que se garantiza que los activos, no solo se conserven, sino que continúen creciendo y prosperando.
En conclusión, el Family Governance es un acierto para el éxito transgeneracional. Su fiabilidad se puede resumir en cuatro puntos: paciencia, confianza, diálogo y un futuro común.
Por Alejandro Zubiria.