En términos esenciales, se crea un Trust cuando un Settlor (llamado fiduciante en castellano) transfiere los activos a un contrato de fideicomiso para que sean administrados por un Trustee (Fiduciario), con la instrucción de hacerlo a favor de uno o más beneficiarios. El Fiduciante designa a dichos beneficiarios y es muy frecuente que él / ella sea el primer beneficiario. Los primeros beneficiarios adicionales o beneficiarios posteriores también pueden ser designados por el Fiduciante. Éste puede establecer porcentajes diferentes para los Beneficiarios, o someter los beneficios a ciertas condiciones, términos o hitos (por ejemplo, si mi hija se gradúa de la universidad, entréguenle una suma especial como regalo).
Gráficamente:
El Fiduciario administra los activos como si fuese el propietario pleno ya que los mismos se encuentran en propiedad del contrato de fideicomiso al cual el fiduciario representa y controla. Por dicho motivo están completamente segregados de los activos propios del Fiduciario y de cualquier otro Fideicomiso en el que pueda actuar como Fiduciario. Por lo tanto, el total de activos del Fideicomiso están a salvo de los acreedores tanto del Fiduciante como de los Beneficiarios. Si se estructura adecuadamente, también puede proporcionar protección contra reclamos contra el Fiduciante.